Testimonios para los Ministros

Capítulo 13

Administradores de Asociaciones

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Consejo y Dirección

Cooranbong, Australia, 13 de marzo de 1896.

En las horas de la noche he estado escuchando a uno que hablaba con autoridad. Se hablaron palabras de consejo con respecto a las responsabilidades que deben llevarse en la obra de Dios. El Maestro dijo: No debe hacerse obra al azar. Mucho de esto se ha hecho. Los hombres han asumido autoridad, pero el pueblo no depende de hombres pobres, finitos y que pueden errar. Debe poner su entera confianza en la sabiduría que halla su fuerza en la sabiduría de Dios. La inconsistencia de centralizar tantas responsabilidades en Battle Creek ha sido presentada muchas veces, pero los consejos no se han llevado a la práctica. Las reprensiones y advertencias del Señor han sido evadidas, interpretadas y anuladas por las invenciones de los hombres. Ha habido una forma de actuar contraria a Dios, y se ha recibido el juicio de los hombres.

En Battle Creek, y en otros lugares, se ha añadido un edificio a otro, para hacer una ostentación imponente. Los hombres han supuesto que esto daría carácter a la obra. Sus propios caracteres necesitaban la gracia transformadora de Cristo. Esto solo es suficiente para dar carácter a la obra. Nada puede hacerse sin su gracia.

El Señor permite que surjan impedimentos, para que su sabiduría y su fuerza puedan ser buscadas en forma humilde, ferviente y perseverante, y se manifiesten con claridad. Nada separará tan rápida y decididamente al alma de Dios, y traerá derrota, como que el hombre eleve su alma con vanidad, y hable de una manera orgullosa, jactanciosa e impositiva a sus semejantes, que son la propiedad de Dios. "No sois vuestros ... comprados sois por precio", el precio de la sangre del Hijo de Dios. El Señor sólo ha de ser exaltado. Consérvese cada agente humano en su lugar, y no trate de ocupar el lugar donde Dios debe estar. Ha habido demasiada confianza en los hombres.

En Battle Creek tenéis evidencia de que hombres que han tenido mucho que decir no andan con Dios. Hay abundante actividad, pero no son muchos los que trabajan en sociedad con Cristo; y los que andan y trabajan lejos de él han sido los más activos en planear e inaugurar sus métodos. Si ellos tuvieran la sabiduría que viene de la fuente de toda sabiduría, actuarían en forma más considerada, y estudiarían más fervientemente la relación de causa a efecto. Discernirían que unas pocas mentes en Battle Creek no han de ser el poder que maneje todo lo que esté relacionado con nuestra obra.

Las asociaciones que corresponden a los estados deben tener hombres en su dirección que amen y teman a Dios: hombres capaces, que aprendan en la escuela de Cristo a ser obreros con él, a llevar su yugo y a levantar las cargas del Señor. Han de ser socios con Cristo en el servicio sagrado de salvar almas. Todos los miembros de la iglesia han de trabajar en forma interesada y celosa, no luchando, como muchos han hecho, para ver quién será el mayor, y cómo obtener los mayores sueldos, sino luchando para ganar almas para Cristo, lo cual significa ser una parte de la firma, en sociedad con Cristo. Traten todos de hacer lo mejor de que son capaces.

Se me presentó el asunto que estaba tratando de explicar a los hermanos. Hay demasiada responsabilidad impartida a unos pocos hombres en Battle Creek, y estos hombres necesitan el poder transformador del Espíritu Santo, o de otra manera conducirán por falsos senderos a la herencia de Dios. Las asociaciones están vigilando todo movimiento hecho en el centro de la obra. Las diferentes asociaciones han sido inducidas a mirar a los hombres dirigentes de Battle Creek, creyendo que no puede tomarse ninguna determinación importante sin su aprobación. Esta tendencia ha ido creciendo, hasta que ha llegado a ser un serio obstáculo para el avance de la obra. Esta disposición nunca debió haber existido. El Señor quiere tener a su pueblo bajo su jurisdicción. Sus hijos deben mirar a él, inquiriendo de él con fe, y continuando en el conocimiento de la obra de su providencia.

El procedimiento de que todo el dinero debe pasar por Battle Creek y bajo el control de unos pocos hombres que están en ese lugar, es una forma equivocada de manejar las cosas. Hay demasiadas responsabilidades pesadas dadas a unos pocos hombres, y algunos no hacen de Dios su consejero. ¿Qué saben estos hombres de las necesidades de la obra en los países extranjeros? ¿Cómo pueden ellos saber cómo decidir los asuntos que les son sometidos en procura de información? Les requeriría tres meses a los que están en países extranjeros recibir una respuesta a sus preguntas, aun cuando no hubiera demora en la correspondencia.

En todo país debe señalarse a un hombre para que maneje los intereses generales de la causa. No necesita ser un predicador, y no debe ser tampoco un policía. Debe ser abnegado, un hombre que ama, que honra y que teme a Dios. Todo su tiempo debe estar dedicado a la obra. Debe planear en forma abnegada, y con el temor de Dios. Sea él el agente general para ese país, y esté relacionado con un consejo compuesto de los mejores hombres, a fin de que ellos puedan tomar consejo juntos, y atender la obra dentro de sus límites. Debe designarse a hombres de negocios que hagan lo mismo en los diferentes estados de Norteamérica.

EL CUIDADO EN LA SELECCIÓN

Los hombres que actúen como presidentes de las asociaciones de los estados deben ser seleccionados cuidadosamente. Desempeñen luego estos las responsabilidades de la asociación de la manera más cabal, ferviente y temerosa de Dios. Si no están calificados para actuar en forma cuidadosa y con éxito, no los conservéis en su puesto.

Un cúmulo de asuntos es presentado ante la Asociación General; todas las cargas son llevadas a Battle Creek. Esto hace que los presidentes de las asociaciones sean muy irresponsables. Muchos no están creciendo en su aptitud y en su juicio. Hacen movimientos equivocados, cuando debieran haber avanzado lo suficiente en su experiencia como para ser capaces de tomar determinaciones correctas, porque buscan el consejo de Dios. Como presidentes de sus diversas asociaciones, deben darse cuenta de que han de ser fieles en sus puestos de confianza. Estas asociaciones han de ser para ellos una escuela, en la cual han de revelar capacidad de dirección. Han de aprender, aprender; y educar, educar. Han de hacer una obra firme, semejante a la de Cristo, bien unida, de manera que no se deshilache.

IMPARCIALES Y CARENTES DE EGOÍSMO

El que sea elegido como presidente de la Asociación General, debe, en el temor de Dios, ocupar su trabajo y su lugar, sin parcialismo, y sin intereses egoístas. Debe ser un mayordomo fiel. Debe ser un sacerdote y sabio gobernante sobre su propia casa. Debe poner de manifiesto que comprende la obra de gobernar su propia familia con sabiduría, y en el temor de Dios. Si esto se descuida, llevará sus defectos con él a su obra. Si algún hombre da evidencia de que el amor y el temor de Dios se mantienen lejos del centro de su ser, de manera que la verdad no gobierna su vida práctica, en tanto que las cosas mundanas ocupan un lugar preponderante, no es el hombre, ni aun para ser anciano local.

Se busca consejo de los que están en Battle Creek con respecto a asuntos que podrían ser perfectamente bien resueltos por hombres en el mismo terreno, sí buscaran al Señor, asuntos que debieran haber sido resueltos dentro de sus propios límites. El Señor declara que él está cerca de todos los que claman a él con corazón sincero. Dijo Jesús: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá". Esta promesa es doble y triplemente segura. No hay fracaso para Dios. Hoy en día los hombres que son presidentes de asociaciones son menos eficientes, poderosos y capaces de lo que debieran ser, porque colocan al hombre donde Dios debe estar, y reciben sólo aquello que el hombre puede darles.

BUSCAD EL CONSEJO DE DIOS

Presidentes de asociaciones, seréis sabios si decidís ir a Dios. Creed en él. El oirá vuestras oraciones, y vendrá en vuestra ayuda, en mucho menos tiempo del que los medios públicos de locomoción podrían transportar a uno, dos, tres o cuatro hombres desde una gran distancia, a gran costo, para decidir cuestiones que el Dios de sabiduría puede resolver mucho mejor para vosotros. El ha prometido: "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada". Si humilláis sinceramente vuestros corazones delante de él, vaciáis vuestras almas de la estima propia, y elimináis los defectos naturales de vuestro carácter, y vencéis vuestro propio amor a la supremacía, y vais a Dios como niños, él os concederá su Espíritu Santo. Cuando dos o tres se ponen de acuerdo con respecto a un asunto, y lo piden al Señor, en el nombre de Jesús, será hecho para ellos.

Cuando se considere conveniente invertir medios en edificios de escuelas, en sanatorios, o en lugares para los pobres en algún país, para establecer la obra allí, el Señor quiere que los que vivan en esa localidad anden humildemente delante de él, y muestren que comprenden su dependencia personal del Cristo, y que creen en su disposición a ayudarlos a planear, a idear, a tomar determinaciones inteligentes en favor de su obra. El está tan dispuesto a dar sabiduría a los que sienten el valor de la gracia divina, como a dar sabiduría a alguna otra mente, que con grandes gastos, os comunique lo mismo. ¿Dónde está vuestra fe? ¿Se volverán los hombres del Dios de la sabiduría para buscar sabiduría de hombres finitos, mandándolos buscar de una larga distancia para que vengan a ayudarlos en sus perplejidades? ¿Cómo considera Dios esto?

Todos pueden albergar la idea de creer en Dios. Vosotros trabajáis en una parte de su gran viña moral, y él os ha dicho que si algún hombre carece de sabiduría, ha de pedirla de Dios, quien da a todos liberalmente, y no zahiere. Este mundo es sólo un átomo pequeño en el vasto dominio sobre el cual Dios preside, y sin embargo este pequeño mundo caído es más precioso a su vista que los noventa y nueve que no se extraviaron del redil. Si nosotros queremos hacer de él nuestra confianza, no nos dejará a la merced de las tentaciones de Satanás. Dios quiere que toda alma por la cual Cristo murió llegue a ser una parte de la viña, relacionada con la cepa, que reciba su alimento de la misma. Nuestra dependencia de Dios es absoluta, y debiera mantenernos muy humildes; y debido a nuestra dependencia de él, nuestro conocimiento de Dios debiera ser grandemente aumentado. Dios quiere que alejemos de nosotros toda especie de egoísmo, y vayamos a él, no como los dueños de nosotros mismos, sino como la posesión adquirida del Señor.

UN EXITOSO HOMBRE DE EMPRESA

Daniel buscaba a Dios tres veces al día, con ferviente oración, para implorar sabiduría y fuerza y valor a fin de llevar adelante la empresa de representar al único verdadero Dios en una Babilonia malvada. A menudo os sentiréis en perplejidad para saber qué hacer; pero no toméis el papel y la pluma y escribáis acerca de vuestras perplejidades a Battle Creek. Puede haber desacuerdo sobre ciertos puntos, pero vuestro consejero está cerca. Arrodillaos ante él, y habladle de todo lo que necesitáis. ¿Pueden los hombres de Battle Creek daros luz? Ellos no pueden entender vuestras necesidades. Porque no están sobre el terreno, pueden decir: "No" a algunas cosas, cuando si hubierais preguntado a Dios, él habría contestado: "Avanzad, y yo estaré con vosotros, y os daré gracia".

Durante muchos años se ha dado a los hermanos una educación que coloca a Dios en segundo lugar y al hombre en primer término. Al pueblo se le ha enseñado que todas las cosas deben presentarse ante unos pocos hombres en Battle Creek. Dios ha dado una oportunidad de ver la debilidad de los hombres finitos. ¿No hay en los diferentes estados de Norteamérica hombres que andan rectamente a la vista de Dios?

¿No están registrados en los libros del cielo los nombres de los que aman y sirven a Dios? ¿No pueden ellos planear? ¿Se les ha concedido a los que están en Battle Creek un raciocinio y una sabiduría superiores que Dios no dará a los que están en las iglesias y en las asociaciones? "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada".

Las iglesias se darían cuenta cien veces más de la forma de actuar del Espíritu Santo, si los pastores educaran a todos a tener en mente que tienen un Dios que está cerca, y no lejos, y que pueden honrar a Dios buscándolo para lograr ayuda y sabiduría en el mismo lugar donde están. Tendrán entonces una capacidad que fortalecerá a la Asociación General.

Hay talentos en todos los lugares, pero no siempre se los reconoce. Estos talentos debe discernírselos y ponérselos a trabajar. Bajo la operación del Espíritu de Dios, el talento crecerá al ser utilizado. Pero Dios resulta grandemente deshonrado cuando los hombres son colocados en el lugar que debe ocupar Dios. El es el único que puede dar un consejo que nunca yerra.

Han estado reunidos en Battle Creek hombres que no pueden apreciar la situación de los asuntos en las diferentes localidades, como los que se encuentran en el mismo lugar; y no es sabio que los hombres busquen a los hombres, y que dependan tanto de unos pocos hombres de Battle Creek, algunos de los cuales han andado lejos de Dios durante años. El aceptar el juicio de estos hombres y pedirles que vengan recorriendo una gran distancia para sentarse en un consejo, ha deshonrado grandemente a Dios. Al hacer esto mostráis que colocáis a hombres que no tienen el corazón santificado en el lugar donde Dios debe estar.

Suponed que se cometan algunos errores por parte de los que se hallan en diferentes lugares. Serán de mucho menor consecuencia que los errores hechos por aquellos que están en el corazón de la obra. ¿No podéis vosotros ir al gran Director, que es poderoso en consejo? ¿Y no puede él restaurar? ¿No puede él actuar en vuestro favor? ¿No lo hará si vais a él como niñitos a sus padres? Existe demasiada arrogante suficiencia en el agente humano. Dios no puede obrar con tal elemento de orgullo. Si éste no se depone, si el yo no es humillado, Dios no puede actuar. Los que envían todas sus perplejidades desde las diferentes partes del mundo a Battle Creek, muestran la sabiduría de los hombres, no la sabiduría de Dios.

Presidentes de Asociaciones

2 de agosto de 1896.

Se me ha llamado la atención a la instrucción que el Señor se ha dignado dar en Obreros Evangélicos. He sido despertado a las tres de la mañana, y he leído el material contenido en el librito titulado Conference Presidents (Presidentes de Asociaciones), página 232. Las mismas cosas me han sido presentadas una y otra vez. ¿Prestarán atención nuestros hermanos a estas cosas? ¿O se apartarán ellos de la luz? El presidente de la Asociación General debe proceder de acuerdo con la luz dada, no contrariamente a la misma. Si los hombres cierran sus ojos a los testimonios que Dios se ha dignado dar, y creen que es sabiduría andar en la luz de las chispas de su propio fuego, esto echará a perder la iglesia. Tales hombres no están calificados siquiera para ser pastores o presidentes de asociaciones; no han tomado consejo de la fuente de toda sabiduría.

El que es colocado como presidente de una asociación debe aprender que el corazón humano es díscolo, y que necesita ser celado estrictamente por un espíritu vigilante y por la oración. Mientras busca al Señor en forma concienzuda y constante, aprende de Dios a crecer para ser un hombre representativo, y puede confiarse en él como Dios confió en Abrahán. Necesita toda la armadura de Dios; porque tiene que pelear la buena batalla de la fe, habiendo hecho todo lo que el Espíritu de Dios le ha enseñado a hacer, para estar firme. Sus enemigos pueden ser los de su propia casa, su esposa y sus hijos, o pueden ser su propias tendencias heredadas y cultivadas, que continuamente tratan de lograr el predominio. El hombre es humano y defectuoso en carácter, y debe batallar por la victoria. Todo el que empieza bien debe empezar en su propio corazón. Ascienda la oración ferviente de labios sinceros: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio", y vendrá la respuesta: "Os daré corazón nuevo".

Todos los que ocupan lugares donde han de ser probados por Dios, para que se vea si serán registrados día tras día como fieles mayordomos de los talentos confiados por Dios, necesitan aprender ciertas lecciones. ¿Han demostrado que tienen el temor de Dios ante ellos, ora sea que traten con superiores, inferiores o iguales? Necesitan albergar la verdad como un principio permanente, para que pueda santificar el alma. El poder creador y transformador del Espíritu Santo de Dios hará de ellos partícipes con Cristo Jesús. Unidos en el yugo con Cristo, pueden ser más que vencedores por medio de él.

El hombre que es plenamente consciente de que se halla en el servicio de Jesucristo, aspirará a la amistad con Dios. Será humilde bajo la mano de Dios, para que no sea nada, y Dios lo sea todo. Un hombre tal es un socio con Cristo, apto para presidir sobre una asociación. Si revela ser circunspecto, está preparado para cualquier posición, de acuerdo con su experiencia y calificaciones. Comprendan las iglesias que ha de ponerse confianza en un hombre tal, y ha de sostenérselo. Ellas pueden ir a él, y hablar con él. Un hombre tal nunca se sentirá suficiente para llevar la obra, aun la obra de una asociación en un estado, sin la gracia constante que Dios le da. No decidirá hacer la obra y llevar la responsabilidad solo. Por medio de una administración sabia, tendrá el tacto para reconocer talentos en otros. Usará a aquellos que tienen este talento, y los ayudará, mientras ellos ayudarán y compartirán sus cargas.

UNIOS CON LOS HERMANOS

Es algo egoísta que los hombres que sienten que tienen algún servicio que realizar en favor del Maestro, deseen estar solos en su obra, y rehusar relacionarse con aquellos que serían una ayuda para ellos, porque temen que no obtendrán todo el crédito por hacer la buena obra que se jactan que harán. Esto ha obstaculizado grandemente la obra de Dios. Que un hermano se una a otro hermano. Unid a un Pedro con un Juan. Que cada uno anime a su hermano a estar a su lado, haciendo un servicio celoso e interesado, como socios en la gran obra. Dos o tres pueden orar juntos, cantar las alabanzas de Dios juntos, y crecer hasta la plena estatura de obreros junto con Dios. Debe mantenerse una armonía perfecta. Todos deben servir al Señor como niños, sintiendo que son ramas de la misma vid.

Anden humildemente con Dios los presidentes de asociaciones en los estados, y no tendrán oportunidad de escribir al presidente de la Asociación General para que deje su trabajo y arregle asuntos pequeños para ellos. Hasta muchos asuntos grandes pueden ser llevados a Dios, y Dios dará consejo en toda asociación. Todos pueden aproximarse al Señor. El es más accesible que el presidente de la Asociación General. Eduque el presidente de la Asociación General a los presidentes de las asociaciones en los estados a tener cuidado de su porción de la viña moral donde están sabiamente situados, sin echar sus cargas sobre él. Inducid a estos hombres que tienen capacidad y talento a mirar a Dios, para ser enseñados por él. Enseñadles a ir a la Fuente original de toda instrucción en justicia. Escudriñad las Escrituras. "Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra". ¿Cuál es, pues, vuestra excusa al no acudir a recibir consejo de Aquel que es infinito en sabiduría, para ir a los hombres finitos, que son tan débiles como vosotros? Hay Uno que ha sufrido por vosotros, el justo por los injustos.

¡Cuántos pequeños agravios el hombre traza sobre el papel y vuelca en el alma de sus semejantes! ¡Cuán insensato es perpetuar y comunicar a otros cosas que habría sido mejor que guardarais para vosotros mismos! Nunca escribáis una línea de desánimo. Si hacéis precisamente como Jesús os ha dicho que hagáis encontraréis ayuda. "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas". El Señor Dios ha dado abundante evidencia de su disposición a llevar nuestras cargas. Al llevar las cargas de él, él os lleva a vosotros, y también las cargas. El invita a todos los que están trabajados y cargados: "Venid a mí". No se os dice que debéis recorrer el mundo para contar vuestras dificultades y para descargar vuestros pesos ante vuestros semejantes. "He aquí, yo estoy con vosotros todos los días -dice Cristo-, hasta el fin del mundo".

La Asociación General

27 de diciembre de 1896.

Al Congreso de la Asociación General de 1897:

Tengo palabras que hablar a nuestros hermanos que se han de reunir en el congreso de 1897. La actual discusión financiera me ha sido presentada como una de las obras maestras de Satanás para estos últimos días. Hay un poder que actúa desde abajo, que está de acuerdo con la obra del gran enemigo. Supuse que nuestros hermanos avanzarían suavemente, y se moverían con cautela, manteniéndose lejos de todos estos nuevos temas de discusión relativos a la moneda circulante. El cambio de la moneda circulante no es un plan ideado por Dios. ¿Cuáles serán sus resultados? Determinará un estado de cosas que traerá opresión a los pobres, y creará gran angustia. Es uno de los planes del diablo, y he pensado que los que creían en la verdad serían engañados en el menor grado en este asunto. Pero en el transcurso del año 1896 me fueron presentados asuntos que me han hecho temblar por nuestro pueblo. He estado donde escuchaba conversaciones de los que ocupan puestos de confianza en nuestras instituciones, y había mucho calor en la discusión sobre las diferentes posiciones asumidas. La luz que me fue dada fue ésta: Este es el método que Satanás ha dispuesto para traer angustia.

¿Queremos saber cómo agradar mejor al Salvador? La forma consiste en no empeñarnos en discursos políticos, ora sea en el púlpito o fuera del púlpito; en considerar con temor y temblor toda palabra que pronunciamos. Donde la gente se reúne para adorar, no se hable una palabra que distraiga la mente del gran interés central: Jesucristo, y él crucificado. El mensaje del tercer ángel ha de ser la preocupación de nuestra amonestación. Los asuntos secundarios no son para que nosotros nos entrometamos en ellos. La preocupación de la obra es: Predica la Palabra. Hay personas que han tenido una experiencia en predicar y trabajar por la salvación de las almas por las cuales Cristo ha dado su preciosa vida. La obra es la empresa especial que ha de absorber a cada uno de los que alimenta al rebaño de Dios. Estamos ahora en un tiempo en que se oirán voces: "Este es el camino, andad por él". Pero el Señor Jesús dice: "Sígueme tú". "El que me sigue, no andará, en tinieblas". La salvación de almas ha de ser nuestra tarea personal, y nada es de una importancia suficiente como para distraer nuestra mente de ella. Cristo vino a nuestro mundo a salvar almas, a difundir la luz en medio de las tinieblas morales. Una voz viva se oye proclamar: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida".

DEJAD SOLOS A LOS POLÍTICOS

Me he sorprendido de ver a hombres que pretenden creer la verdad para este tiempo, totalmente excitados con respecto a cierta clase de asuntos. ¿Se relacionan con el Señor Jesús y los intereses eternos? No; sin embargo ellos parecían estar maravillosamente excitados con respecto al tipo de moneda que está en circulación. Algunos pastores se distinguían por entretejer estos temas en sus discursos. Se estaban envolviendo en ellos excitadamente, tomando partido en estos asuntos de los cuales el Señor no les encargó que se ocuparan. Parecía que estas personas participaban ampliamente en un espíritu de suficiencia propia. Pero ellos mismos no sabían qué estaban defendiendo. No sabían si estaban defendiendo principios que se originaban en los concilios del cielo o en los concilios de Satanás.

La voz de uno que poseía autoridad habló con gran decisión: No sabéis de qué espíritu sois. Leed las instrucciones dadas por el Hijo unigénito de Dios cuando se hallaba rodeado por la columna de nube. Cuando esa voz se obedezca, no daréis vuestra voz o vuestra influencia a un plan que enriquecerá a unos pocos, y que traerá opresión y sufrimiento a la clase más pobre de la humanidad. Hay en esta excitación algo que precisamente separa a personas de la misma fe. ¿Lleva esto las credenciales divinas? Cuidado. Cuidad que vuestro brazo no se una con el brazo de un demonio personal. El es en apariencia como un hombre. Está andando como león rugiente, buscando a quienes devorar, y los encuentra entre los adventistas del séptimo día. Puede aterrorizar por sus rugidos; pero, si esto cuadra mejor a sus propósitos, tiene la dulce voz de un ángel de luz, y habla de cosas celestiales. ¿No conoce él todo lo que se relaciona con la gloria celestial?

Pregunté por qué los que podían leer su Biblia y ver los peligros de estos últimos días estaban tan listos a posesionarse de asuntos que harían mejor en dejar solos. ¿Cómo pueden ellos relacionarse con hombres que están presentando principios originados en los concilios de los demonios? ¿Por qué no ven que ésta no es en ninguna forma una obra que el Señor les ha dado para hacer? Vino la respuesta: Porque sus corazones están elevados a la vanidad. Están engañados. No saben cuán débiles son. Hay muchos que serán engañados, y quienes, por la pluma y por la voz arrojarán toda su influencia para crear una condición de cosas perjudicial (una condición que existirá de todas maneras cualquiera sea la posición que ellos asuman); pero ellos no deben estar unidos a los obradores de maldad. Todos los que anhelan entrar en algún compromiso que represente a Jehú, cabalgando furiosamente, tendrán oportunidad suficiente para distinguirse. Su brazo se vinculará con aquel que fue una vez un ángel exaltado, y que no ha olvidado las maneras usadas por él en los atrios celestiales. Asumirá estos modales; y al representar a personas, engañará a muchos cuyas vidas no están escondidas con Cristo en Dios.

POR QUE EL AMOR SE HA ENFRIADO

Porque la iniquidad abunda, el amor de muchos se ha enfriado. ¿Por qué su amor se ha enfriado? Porque no han humillado sus corazones y no han huido a su refugio, Cristo Jesús. Pensaban que sabían tanto que se hicieron necios, y se permitieron convertirse en personas depravadas. Así muchas almas serán perdidas. Planes e inventos mundanos, y sentimientos y principios extraños, directamente opuestos a la ley de Dios, serán utilizados por el príncipe de la potestad del aire. Aquí debemos reservar toda nuestra influencia para actuar en el sostén de la verdad. Los sentimientos traídos a la escena por los políticos serán proclamados por algunos que pretenden ser observadores del sábado. ¿Qué ángeles asisten a éstos en el púlpito al usarlo para dar al rebaño veneno en lugar de trigo puro, cuidadosamente zarandeado? Aquí está la obra de agentes satánicos para traer confusión, para hechizar la mente de viejos y jóvenes. Los que han estado andando humildemente con Dios no se verán envueltos en la defensa de ninguno de los bandos de esta cuestión. Se colocarán bajo la guarda del Señor, y revelarán que están aprendiendo lecciones del gran Maestro, que ha dicho: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar".

Toda esta excitación y desasosiego está colocando la mente donde no se espaciará en la verdad. ¿Suponéis que el mundo, la carne y el diablo serán capaces de enlazar a aquellas almas que son mansas y humildes de corazón, serán capaces de cegar su entendimiento, de manera que no puedan saber qué clase de compañía están escogiendo? Si los ojos de muchos pudieran abrirse en su marcha atolondrada, verían una grandiosa procesión de gentes de todas clases, de todos los linajes, de todas las naciones, pasando por las mismas filas, clasificándose como compañeros de los demonios, avanzando rápidamente en una procesión que crece de continuo y que marcha a una ruina segura.

¿Qué diré? La fe de muchos, incluyendo a aquellos que predican la Palabra, debe ser algo diferente de lo que es ahora, o de otra manera su eterno destino futuro está sellado. La Palabra de Dios, estudiada cuidadosamente y obedecida, es la única cosa que hará al hombre puro y lo mantendrá puro. Esto es lo único que puede salvarlo de comprometerse con todas las iniquidades que prevalecen. Los cristianos han de llevar la estampa del Rey de reyes. Todos en nuestro mundo están tomando partido. Nosotros no hemos de tomar parte en esta lucha política relativa a la moneda. Ha llegado a nuestras filas.

Hay personas, aun entre los adventistas del séptimo día, que están bajo la reprensión de la Palabra de Dios, debido a la forma en que obtuvieron sus propiedades y las usan, actuando como si las poseyeran, como si las hubieran creado, sin tener una consideración por la gloria de Dios, y sin una ferviente plegaria para ser dirigidos en la manera de adquirirlas o usarlas. Están haciendo una serpiente, que los morderá como víbora.

EL CAMINO SEGURO

Dios dice con respecto a su pueblo: "Mas su negociación y su ganancia será consagrada a Jehová: no se guardará ni se atesorará". Pero muchos que profesan creer la verdad no quieren que Dios esté en suspensamientos, más de lo que los antediluvianos o sodomitas lo querían. Un pensamiento sensato de Dios, despertado por el Espíritu Santo, destruiría todos sus planes. El yo, el yo, el yo, ha sido su dios, su alfa y su omega.

Los cristianos están seguros tan sólo al adquirir dinero en la forma en que Dios lo indica, y al usarlo en las maneras en que él los puede bendecir. Dios nos permite usar sus bienes con el único propósito de glorificarlo, a fin de que sean una bendición para nosotros, de manera que seamos una bendición para los demás. Los que han adoptado la máxima del mundo, y descartado las especificaciones de Dios, los que se posesionan de todo lo que pueden obtener en materia de sueldos o bienes, son pobres, ciertamente pobres, porque la ira de Dios está sobre ellos. Andan por sendas que ellos mismos han escogido, y deshonran a Dios, la verdad, su bondad, su misericordia, su carácter.

Ahora, en el tiempo de gracia, estamos todos en un período de prueba. Satanás trabaja con sus encantos y sus cohechos engañosos, y algunos pensarán que por medio de sus planes han hecho una especulación admirable. Pero he aquí que, cuando pensaban que estaban levantándose con seguridad y se elevaban a sí mismos en el egoísmo, descubrieron que Dios puede desparramar más rápidamente de lo que ellos pueden juntar.

"Vi yo al impío sumamente ensalzado, y que se extendía como un laurel verde. Empero pasóse, y he aquí no parece; y busquélo, y no fue hallado". El que ve el fin desde el principio, y que hace orden en la confusión, realiza bien todas las cosas. El verá otro aspecto del cuadro: "Considera al íntegro, y mira al justo: que la postrimería de cada uno de ellos es paz". La Palabra de Dios ofrece toda la preparación para la vida eterna. Nuestra doctrina debe ser una doctrina que obre por amor, y purifique el alma; no deje a un lado la fe y la práctica. ¿Creemos, nosotros la Palabra de Dios? ¿Son todos los que profesan la verdad fieles y veraces, firmes a los principios? ¿Estamos haciendo la obra misionera con el espíritu de Cristo?

Hay hombres que se presentan en el púlpito como pastores, profesan alimentar el rebaño, mientras las ovejas están pereciendo por falta del pan de vida. Hay discursos largos y fastidiosos, mayormente compuestos de relatos de anécdotas; pero los corazones de los oyentes no son tocados. Los sentimientos de algunos pueden resultar conmovidos, pueden derramarse algunas lágrimas, pero sus corazones no son quebrantados. El Señor Jesús ha estado presente cuando han estado dando aquello que llamaban sermones, pero sus palabras estaban destituidas del rocío y de la lluvia del cielo. Evidenciaban que los ungidos ("hijos de aceite") descriptos por Zacarías (Véase el capítulo 4) no les habían ministrado para que ellos pudieran ministrar a otros. Cuando los hijos de aceite se vaciaban a través de los canales de oro, el aceite dorado manaba de ellos hacia los vasos de oro, para fluir hacia las lámparas, las iglesias. Esta es la obra de todo verdadero y consagrado siervo del Dios viviente. El Señor Dios del cielo no puede aprobar mucho de lo que traen al púlpito aquellos que profesan hablar la Palabra del Señor. No inculcan ideas que serán una bendición para los que escuchan. Hay forraje barato, muy barato colocado ante el pueblo.

FUEGO EXTRAÑO

Cuando el orador, en una forma descuidada, va por dondequiera, como la fantasía lo lleva, cuando habla de política al pueblo, está mezclando el fuego común con el sagrado. Deshonra a Dios. No tiene verdadera evidencia de parte de Dios de que habla la verdad. Hace a sus oidores un grave daño. Puede sembrar semillas que arrojen sus fibrosas raíces profundamente, y broten y lleven fruto ponzoñoso. ¿Cómo se atreven los hombres a hacer esto? ¿Cómo osan presentar ideas cuando no saben por cierto de dónde vienen, o no saben que son la verdad?

LA CLASE DE SERMONES QUE SE NECESITA

¿Recordarán nuestros hermanos que estamos viviendo en medio de los peligros de los últimos días? Leed el Apocalipsis en relación con Daniel. Enseñad estas cosas. Sean los discursos cortos, espirituales, elevados. Esté lleno el predicador de la Palabra de Dios. Sepa cada hombre que se presenta en el púlpito que tiene ángeles del cielo en su auditorio. Y cuando estos ángeles descargan de sí mismos el áureo aceite de la verdad en el corazón del que está enseñando la Palabra, entonces la aplicación de la verdad será un asunto solemne, serio. Los mensajeros angelicales eliminarán el pecado del corazón, a menos que la puerta de él se cierre y Cristo sea rechazado. Cristo se alejará de aquellos que persisten en rehusar las bendiciones celestiales que tan liberalmente se les ofrecen.

El Espíritu Santo está haciendo su obra en los corazones. Pero si los ministros no han recibido primero su mensaje del cielo, si no han obtenido su propia provisión de la corriente refrescante y vitalizadora, ¿cómo pueden ellos hacer que fluya en favor de aquellos que no la han recibido? ¡Qué pensamiento, que las almas hambrientas y sedientas son enviadas de vuelta vacías! Un hombre puede malgastar todos los tesoros de su conocimiento, puede agotar las energías morales de su naturaleza, y sin embargo no realizar nada, porque él mismo no ha recibido el aceite áureo de los mensajeros celestiales; por lo tanto no puede fluir de él para impartir vida a los necesitados. Las buenas nuevas de gozo y esperanza deben venir del cielo. ¡Aprended, oh, aprended de Jesús lo que significa permanecer en Cristo!

Si el ministro cristiano recibe el aceite áureo, tiene vida; y donde hay vida, no hay estancamiento, no hay una experiencia empequeñecida. Hay constante crecimiento hasta la plena estatura de Cristo Jesús. Si tenemos una experiencia profunda y creciente en las cosas celestiales, andamos con el Señor, como lo hizo Enoc. En lugar de consentir en las proposiciones de Satanás, hay más ferviente oración por el ungimiento celestial, para que distingamos lo que es correcto, lo que es nacido del cielo, de lo que es común.

Si luchamos con la fuerza del Todopoderoso, estamos del lado que finalmente vencerá. Al final resultaremos triunfadores. Ante nosotros tenemos la más grande de las obras, la más peligrosa de las escenas. Debemos hacer frente al mortífero conflicto. ¿Estamos preparados para ello? Dios todavía habla a los hijos de los hombres. Está hablando de muchas formas distintas. ¿Oiremos su voz? ¿Colocaremos nuestras manos con toda confianza en las suyas, y diremos: "Condúceme, guíame"?

Existe religión barata en abundancia, pero no hay algo así como cristianismo barato. El yo puede figurar mayormente en una falsa religión, pero no puede aparecer en una experiencia cristiana. Sois obreros juntamente con Dios. "Sin mí -dijo Cristo-, nada podéis hacer". No podemos ser pastores del rebaño a menos que seamos despojados de nuestros propios hábitos peculiares, de nuestros modales y costumbres, para transformarlos a la semejanza de Cristo. Cuando comemos su carne y bebemos su sangre, los elementos de la vida eterna se encontrarán en el ministerio. No habrá un acopio de ideas añejas repetidas a menudo. Habrá una nueva percepción de la verdad.

Algunos que se presentan en el púlpito hacen que los mensajeros celestiales que se hallan en el auditorio se avergüencen. El precioso Evangelio, que ha costado tanto traer al mundo, es maltratado. Hay una forma de hablar común y barata; actitudes grotescas y movimientos del rostro. Algunos hablan en forma muy rápida, otros tienen una enunciación densa e indistinta. Todo el que ministra a la gente debe sentir que tiene el solemne deber de examinarse a si mismo. Debe entregarse primeramente él mismo al Señor en una completa renuncia propia, determinado a no tener nada del yo, sino la totalidad de Jesús.

La palabra del predicador de la luz, como el aceite áureo que fluye de la oliva celestial al vaso, hace que la lámpara de la vida brille con claridad y poder para que todos puedan discernir. Los que tienen el privilegio de sentarse para aprender de un ministerio tal, si sus corazones son susceptibles a la influencia del Espíritu Santo, sentirán una vida interna. El fuego del amor de Dios será encendido dentro de ellos. La Biblia, la Palabra de Dios, es el pan de vida. El que alimenta al rebaño de Dios, debe comer primeramente él del pan que vino del cielo. Verá la verdad en todos sus aspectos. No se aventurará a venir ante la gente hasta que no haya tenido primeramente comunión con Dios. Entonces es inducido a trabajar como Cristo trabajó. Respeta las variadas mentes que componen su auditorio. Tiene una palabra que se aplica al caso de todos, y no ideas mundanas y confusas. No tiene derecho a introducir perplejidades mundanas. El pan de vida satisfará a toda alma hambrienta.

Administradores de Asociación

Cooranbong, Australia, agosto de 1896.

Presidentes y consejeros de asociación:

Dios dio a Moisés instrucciones especiales para el manejo de su obra. Indujo a Moisés a asociar hombres con él como consejeros, para que sus cargas pudieran ser aliviadas. Por medio de Jetro recibió el siguiente mensaje: "Oye ahora mi voz, yo te aconsejaré, y Dios será contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los negocios a Dios. Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde anden, y lo que han de hacer. Además inquiere tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y constituirás a éstos sobre ellos caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta y sobre diez. Los cuales juzgarán al pueblo en todo tiempo; y será que todo negocio grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo negocio pequeño: alivia así la carga de sobre ti, y llevarla han ellos contigo. Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás persistir, y todo este pueblo se irá también en paz a su lugar".

Este consejo es para nosotros. Debe ser escuchado por nuestros hombres responsables. Se ha dejado que el presidente de nuestra Asociación General asumiera cargas que Dios no ha colocado sobre él, y las cosas que él ha tratado de hacer no se pudieron hacer sabiamente y bien. . . .

Moisés dijo: "Cuando tienen negocios, vienen a mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes". Esta obra todavía ha de ser hecha, y si los hombres que llevan responsabilidades no la realizan, debe ser encomendada a otros. La obra del Señor debe llevarse adelante sin engaño, hipocresía o codicia.

EL CARÁCTER DE LOS CONSEJEROS

En su instrucción a Moisés, el Señor declaró en forma sencilla el carácter de aquellos que habían de ocupar puestos importantes como consejeros. Han de ser "varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia". El consejo del Señor ha sido extrañamente descuidado. Existen hombres en puestos de santa confianza que, cuando han sido reprobados, no han prestado atención a ello. Algunos que durante años han actuado como consejeros, han declarado temerariamente que no recibirían lo testimonios dados. Con aire de triunfo han declarado que muchos de nuestros hombres más responsables han perdido la fe en los mensajes que vienen de la Hna. White. Así los que rechazan la luz han sido fortalecidos en su incredulidad, creyendo que constituían una poderosa confederación. Hombres que han tenido la luz han andado contrariamente a la luz. Estas palabras son apropiadas: "La verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir". El paludismo de la incredulidad ha estado difundiendo su atmósfera mortífera por las filas, cerca y lejos. Todo esto se ha expresado claramente, y sin embargo durante años las cosas han permanecido sin cambiar. ¿Puede esperarse el favor del Señor bajo tales circunstancias? . . .

ESTUDIAD LOS METODOS DE DIOS

Como pueblo debemos estudiar los planes de Dios para conducir su obra. Donde él ha dado instrucciones con respecto a algún punto, debiéramos considerar cuidadosamente cómo llevar a la práctica su expresa voluntad. Esta obra debe recibir especial atención. No es sabio escoger a un hombre como presidente de la Asociación General. La obra de la Asociación General se ha extendido, y algunas cosas se han hecho innecesariamente complicadas. Se ha manifestado una falta de discernimiento. Debe haber una división del campo, o algún otro plan debe ser ideado para cambiar el estado actual de cosas....

El presidente de la Asociación General debe tener el privilegio de decidir quiénes estarán a su lado como consejeros. Los que guarden el camino del Señor, los que conserven un discernimiento claro y agudo, gracias al cultivo de la religión en el hogar, son consejeros sabios. De los tales el Escudriñador de los corazones dice: "Yo lo he conocido, sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio". El presidente de la Asociación General necesita consejeros del carácter de los que Dios escogió para Moisés. Tuvo el privilegio por lo menos de expresar su preferencia en cuanto a los hombres que debían ser sus consejeros. Tuvo el privilegio de discernir entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. Pero fue atacado de una extraña ceguera. Ha habido una influencia que estaba leudando las mentes humanas, y esto ha sido sumamente doloroso. Durante años Dios ha sido deshonrado...

Tengo una palabra del Señor para los presidentes de las asociaciones. Deben respaldar las responsabilidades implicadas en los cometidos que se les han confiado. En vuestro trabajo, no tratéis de usar una norma humana, sino la norma de la obra de Dios. Si no hacéis esto, si no buscáis al Señor muy fervientemente, si no sois portadores de cargas, sino que tratáis de arrojar todo el peso de las responsabilidades sobre el presidente de la Asociación General, semana tras semana, mes tras mes, estáis descalificados para la obra. Debéis abandonarla, y ocuparos en transacciones comerciales comunes, que no impliquen tan decididamente responsabilidades eternas.

Presidentes de asociaciones, me dirijo a vosotros en el nombre del Señor Jesús:

"Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar". Habéis de ser misioneros abnegados, hombres de pensamiento, hombres que oren pidiendo iluminación divina, y que sean fieles a sus responsabilidades. Sentaos a los pies de Jesús, y aprended su voluntad. Debe haber actividad celosa de vuestra parte. No enseñéis vuestras ideas, vuestros planes, vuestras nociones, vuestras máximas, sino enseñad la Palabra del Señor.

Vuestras reuniones semanales de oración no calificarán a ninguno de vosotros para vuestras grandes y tremendas responsabilidades si, después de las mismas, sentís que vuestra obra está hecha, y, habiendo mirado al gran espejo moral, os apartáis y os olvidáis qué clase de hombres sois. No es solamente un día de servicio el que será suficiente para las necesidades del alma. Debéis estar constantemente yendo al almacén espiritual para alimentamos de la carne y de la sangre del Hijo de Dios. La religión no ha de ser abaratada en 1896 ó 1897.

ABANDONAD LAS INFLUENCIAS MUNDANAS

Los que son participantes de la naturaleza divina han de abandonar las influencias mundanas, abandonar las festividades vacías, y sentarse con Cristo, para tener una comunión de corazón con su Redentor. Cesad en vuestros incrédulos lamentos. Cuando los ansiosos discípulos vieron a las hambrientas multitudes junto al mar, la imposibilidad surgió en sus mentes, y preguntaron: ¿Iremos a las aldeas a comprar para darles de comer? De la misma manera, en las diversas asociaciones, muchos preguntan hoy: ¿Enviaremos a Battle Creek para pedir que venga alguien y celebre reuniones con nosotros, y nos reavive y nos alimente? ¿Qué dijo Cristo? No. El ordenó a la multitud que se sentara sobre el pasto en grupos de cincuenta y de cien. Obedecieron órdenes, sentándose en largas hileras sobre el pasto. Jesús tomó los cinco panes y los dos peces de las manos del mozalbete, y, mirando a su Padre, pidió su bendición sobre la diminuta provisión. Entonces puso en manos de sus discípulos el alimento para ser distribuido. La escasa provisión aumentó bajo la mano de Cristo, y él tenía constantemente una provisión fresca para sus siervos a fin de que distribuyeran a la multitud hambrienta, hasta que hubo suficiente para todos. Entonces vino la orden: "Recoged los pedazos que han quedado, porque no se pierda nada". Hubo un excedente de alimento reunido.

Esta es una lección para todos en su experiencia espiritual. ¡Qué cantidad de lamento se ahorrarían los hombres si solamente confiaran en Dios! El pan de vida ha de ser dado a las almas necesitadas. ¡Y cuánto esfuerzo se dedica a menudo en este asunto! Hay prolongados consejos para idear planes, e inventar nuevos métodos. Hay un esfuerzo constante para producir entretenimientos a fin de atraer a la gente a la iglesia o a la escuela sabática. Como los discípulos, los obreros levantan la pregunta: ¿Iremos a las aldeas a comprar? ¿Cuál es la obra que ha de hacerse? Id a Jesús. La fe sencilla y la oración realizarán muchísimo más que vuestras largas reuniones de consejo. Escuchad la invitación del Salvador. Poned vuestro cuello bajo su yugo. Aceptad sus cargas. Recibid aquello que él os confiere. El dice: "Mi yugo es fácil, y ligera mi carga".

Esta anticipación de terribles dificultades no debe existir. Debemos comer y beber la Palabra de vida, que es representada por el acto de comer y beber la sangre de Cristo. Los que conocen la verdad deben ser educados a recibirla de sus propios pastores, y orar por ella y practicarla. Entonces las almas crecerán en fe, y en conocimiento inteligente. Recibirán el pan de vida y lo digerirán. "El principio de tus palabras alumbra; hace entender a los simples". La verdad necesita entrar en el corazón y en la mente. Mucho más oración, y menos sermoneo, redundará en la salud del cuerpo y del alma.

Se ha gastado dinero para enviar hombres a Jerusalén, para ver el lugar donde Jesús viajó y enseñó, cuando tenemos al precioso Salvador cerca de nosotros, tenemos su presencia con nosotros, y podemos tener a Jerusalén en nuestras propias casas e iglesias. Podemos discernir las huellas recientes de sus pasos, podemos comer sus palabras, y podemos tener vida eterna. Necesitamos más estudio, más ferviente meditación y comunión con Cristo. Necesitamos escuchar el silbo apacible y delicado, y descansar por la fe en el amor de Cristo. Deberíamos tener una experiencia mucho más saludable, y llegar a ser cristianos mucho más vigorosos.

Tenemos una superabundancia de sermones, pero necesitamos aprender a recibir la Palabra. Toda la ayuda que venga de afuera no puede suplir esta deficiencia. La obra misionera local debe ser emprendida por misioneros locales. Dios no se agrada con los planes egoístas de dar tantas ventajas a aquellos que conocen la verdad, que tuvieron oportunidades para comprender mucho más de la verdad de lo que practican. Miles y miles están en la ignorancia, pereciendo sin Cristo. Sin embargo se dedica dinero y tiempo y trabajo a la clase que está siempre aprendiendo, y con todo nunca es apta para obtener un conocimiento experimental de la verdad, porque no practica la verdad.

Los que están listos para hacer servicio son los que se alimentan de Cristo. Leed y estudiad sus palabras, bebed en la inspiración de su Espíritu, y recibid de su gracia, no para almacenar, sino para dar a otros. A fin de instruir a otros, los maestros deben primero ser alumnos de Cristo. Hay Martas en toda iglesia. Están intensamente ocupados en actividades religiosas, y hacen mucho bien; pero necesitamos también el lado del carácter representado por María. Los más celosos obreros necesitan aprender a los pies de Jesús.